Hasta que llegó el calor, el sol, la guena shalalaila, la hawayana, la polera fresquita, los guenos shores cortos, el aguita congelá, el abrigo, pulover, sueter se guardan pa’ la próxima temporada de frio, desembushamo' el protector solar, el bloqueador y para algunos que algún día morirán de cáncer como yo, sacamo el guen aceite: hawaiian tropic más un buen chapuzón de yodo, reconocido como MAR.
Esto de retornar una y otra vez hacia el verano causa un efecto en las personas, es como si estuviéramos ansiosos, por ejemplo: el otro día, creo que el fue el martes, vi el tiempo en la mañana (si, admito que soy de aquellas personas que aun confían en el tiempo), decía que iban a hacer 30º de temperatura, y en mi hubo cierta aclamación de felicidad: ¡Al fin va a hacer calorrrr!, saqué las shalailas rojas (que son de
Pero mi historia no importa, a lo que voy, es que solo quería que hubieran 30º, ahora que hay "33º", me carga, quiero que haga frío, o no se si frriiiiio, pero si que hayan sus 23º en el día, y en la noche unos 15, al final cuando uno finalmente espera algo y lo consigue, de ahí te aburre, y se vuelve monótono, poco llamativo, eso pasa con todo, desde comer un postre rico, hacer algo que deseábamos hacer mucho o escuchar una canción (la barca por ejemplo), o con las personas, etc.
Por ahora, todo está perfecto, los amigos, el curso, los paseos, convivencias, despedidas que se vienen, el cerrar un ciclo, el iniciar otro, retorno a la semilla, adiós a la vida y bienvenida la que sigue!, ¿que pasa hoy?, ¿alguien dijo tabo?: último paseo, desde ahora todo es lo último. Desde ahora todo es Nuevo.
Y todo eso bajo el puro calorrrshh de Lipigas, o no, mejor dicho, del Señor sol, sol, dame tu calor, brilla sobre mi! (aguante Tapia)